"¡ Los robots nos van a quitar el trabajo! " Escuché esta frase por primera vez hace casi 15 años en una conferencia sobre inteligencia artificial. En aquel momento, parecía ciencia ficción. Hoy, tras pedirle a mi asistente de IA que resumiera un informe de 50 páginas en pocos minutos, esta posibilidad parece mucho menos descabellada.
Sin embargo, después de dos décadas de observar la evolución del mercado laboral y asesorar a empresas en su transformación digital, he llegado a una conclusión que podría sorprenderle: cuanto más avanzan la automatización y la IA, más valiosas e irremplazables se vuelven ciertas habilidades profundamente humanas.
Esta paradoja, a menudo malinterpretada, es, sin embargo, la clave para preparar a nuestros niños y adolescentes para los trabajos del futuro. En un mundo donde las máquinas se vuelven cada vez más inteligentes, lo que nos hace singularmente humanos se convierte en nuestro mayor activo profesional.
Resumen:
- La era de la IA: ¿amenaza u oportunidad para el empleo?
- Habilidades humanas irremplazables en el mundo del mañana
- ¿Cómo podemos preparar a nuestros adolescentes para este nuevo mundo profesional?
- Los empleos del mañana: hibridación entre tecnología y humanidad
- Conclusión: Preparando a nuestros hijos para un futuro incierto pero prometedor
La era de la IA: ¿amenaza u oportunidad para el empleo?
La gran conmoción del mercado laboral
Las cifras pueden parecer alarmantes. Según un informe del McKinsey Global Institute: https://www.mckinsey.com/featured-insights/future-of-work/jobs-lost-jobs-gained-what-the-future-of-work-will-mean-for-jobs-skills-and-wages , hasta 800 millones de empleos podrían estar automatizados para 2030. En algunos sectores, como la manufactura o el procesamiento de datos, la transformación ya está en marcha.
Recientemente visité una fábrica de automóviles que, hace diez años, contaba con casi 3.000 empleados. Hoy, opera con unos 800 empleados y un ejército de robots a su lado. El gerente de operaciones me dijo: « Ya no reclutamos según los criterios antiguos. Antes, necesitábamos principalmente manos. Ahora necesitamos cerebros capaces de comprender, programar y optimizar robots, pero también de hacer todo lo que los robots aún no pueden hacer».
Esta anécdota ilustra la revolución silenciosa que se está produciendo en la industria: no se trata tanto de una simple desaparición de empleos, sino de una profunda transformación de su naturaleza. Las tareas repetitivas y arduas se han automatizado en gran medida, mientras que la necesidad se desplaza hacia habilidades técnicas, analíticas y creativas.
Según la OCDE, si bien alrededor del 9% de los empleos son realmente automatizables, la mayoría de ellos están evolucionando: las tareas sencillas están desapareciendo, pero surgen nuevos roles, a menudo más cualificados. Por lo tanto, se hace hincapié en la adaptabilidad, la formación continua y el aprendizaje de nuevas habilidades que surgen con los avances tecnológicos.
Para obtener más información: https://wecglobal.org/uploads/2019/07/2016_OECD_Risk-Automation-Jobs.pdf
¿Qué hacen las máquinas mejor que nosotros?
Para entender qué habilidades humanas serán valoradas mañana, comencemos por reconocer honestamente lo que las máquinas ya hacen mejor que nosotros:
- Procesamiento de Big Data: Un algoritmo puede analizar millones de puntos de datos en segundos, cuando un humano tardaría años.
- Tareas repetitivas y precisas: los robots nunca se aburren, nunca se cansan y mantienen una precisión constante.
- Cálculos complejos: Las computadoras han superado a los humanos en todas las formas de cálculo durante décadas.
- Memorización pura: una IA nunca olvida la información que ha registrado.
- Reconocimiento de patrones: los algoritmos ahora detectan patrones invisibles para el ojo humano en imágenes médicas, comportamientos de consumidores y más.
Esta lista crece cada año. Para 2025, modelos de IA generativa como GPT-5 o Claude-3 producirán texto, imágenes y código informático de una calidad impresionante. Algunos de mis colegas periodistas están preocupados, con razón, por ver parte de su trabajo automatizado.
Pero esta evolución tecnológica deja entrever lo que sigue siendo –y seguirá siendo durante mucho tiempo– dominio reservado a los humanos.
Habilidades humanas irremplazables en el mundo del mañana
Inteligencia emocional: el superpoder profesional del futuro

La inteligencia emocional ( la capacidad de identificar, comprender y gestionar las propias emociones y las de los demás) se está convirtiendo en un activo profesional importante en un mundo automatizado.
Un estudio del Foro Económico Mundial sitúa la inteligencia emocional entre las 10 habilidades más buscadas para 2025 y años posteriores. ¿Por qué? Porque las máquinas, por muy sofisticadas que sean, no sienten emociones y les cuesta interpretarlas con la delicadeza de un ser humano.
Recientemente asistí a una negociación de ventas donde el equipo contrario utilizó un software de IA para analizar los términos del contrato. Impresionante en teoría. Pero fue la directora de ventas quien cerró el trato al percibir una ligera vacilación en su contraparte y adaptar su propuesta en consecuencia. « La IA me ayuda a preparar mis reuniones», explicó, « pero es mi capacidad para leer entre líneas lo que marca la diferencia».
Esta competencia es tanto más crucial cuanto que nuestros adolescentes, constantemente conectados a sus pantallas, corren el riesgo de ver atrofiada esta capacidad, como explicamos en nuestro artículo sobre las competencias olvidadas en la era digital: https://thephone.fr/blogs/ados-et-numerique/les-consequences-de-l-ultra-connexion
Creatividad disruptiva: pensar dónde no llegan los algoritmos

Si bien las IA ahora pueden generar imágenes impresionantes o componer piezas musicales cautivadoras, lo hacen basándose en modelos existentes. La verdadera creatividad disruptiva ( la que cambia paradigmas) sigue siendo humana.
El Dr. Robert Epstein, psicólogo estadounidense especializado en creatividad, explica en sus investigaciones que la innovación disruptiva requiere una capacidad de establecer conexiones inesperadas entre campos dispares, a menudo impulsadas por experiencias personales e intuiciones que las máquinas no poseen.
Tuve la oportunidad de entrevistar a Virgil Abloh antes de su muerte, el diseñador que revolucionó la moda creando puentes sin precedentes entre la moda urbana y la alta costura. Su creatividad no surgió del análisis de datos, sino de una sensibilidad única forjada en su viaje personal entre la arquitectura, el DJ y la cultura urbana. Este tipo de pensamiento lateral sigue siendo exclusivo de los humanos.
Para desarrollar esta creatividad en los adolescentes, a veces es necesario desconectarlos de las pantallas y dejar que se aburran de forma constructiva, como sugiere nuestro artículo sobre la importancia del aburrimiento para estimular la creatividad: https://thephone.fr/blogs/ados-et-numerique/digital-detox-programme-de-21-jours-pour-reduire-votre-dependance-au-smartphone
Pensamiento crítico y juicio ético: cómo afrontar la complejidad
En la era de las noticias falsas y la desinformación algorítmica, el pensamiento crítico se está convirtiendo en una habilidad profesional esencial. Las máquinas pueden procesar información, pero aún no pueden evaluarla con discernimiento en contextos ambiguos.
Una investigación de la Universidad de Stanford ( https://ed.stanford.edu/news/stanford-researchers-find-students-have-trouble-judging-credibility-information-online ) reveló que incluso los "nativos digitales" suelen tener dificultades para distinguir entre información fiable y engañosa en línea. Esta capacidad de discernimiento será crucial en casi todos los empleos del futuro.
Observé este fenómeno durante un proyecto de desarrollo de IA en el sector legal. El algoritmo podía analizar miles de precedentes judiciales en cuestión de minutos, pero fue el abogado principal quien identificó una sutileza ética que la máquina había pasado por alto por completo, una sutileza que cambió el resultado del juicio.
El juicio ético, la capacidad de navegar en zonas morales grises, será particularmente valorado en un mundo donde las decisiones algorítmicas serán omnipresentes pero a menudo cuestionables.
Adaptabilidad y aprendizaje continuo: el nuevo contrato de trabajo

En un mundo donde las habilidades técnicas se vuelven rápidamente obsoletas, la capacidad de aprender, desaprender y reaprender se vuelve fundamental.
Según un informe de Dell Technologies, el 85 % de los empleos que existirán en 2030 aún no se han inventado. ¿Cómo podemos prepararnos para empleos que aún no existen? Desarrollando una agilidad cognitiva y una adaptabilidad excepcionales.
Hace poco conocí a una excontadora que se convirtió en especialista en ética de la IA. ¿Su secreto? « Me di cuenta de que mi valor no residía en lo que ya sabía, sino en mi capacidad para adquirir nuevas habilidades. Así que decidí aprender algo nuevo cada año, aunque no estuviera directamente relacionado con mi trabajo».
Esta mentalidad de crecimiento será esencial para los adolescentes de hoy, quienes probablemente cambiarán de carrera varias veces durante su vida laboral.
Inteligencia social y colaboración: los humanos en el corazón de las redes
A medida que las tareas individuales se automatizan, la capacidad de trabajar eficazmente en equipo cobrará, paradójicamente, mayor importancia. Las habilidades colaborativas (comunicación clara, resolución de conflictos y liderazgo compartido) serán muy valoradas.
Un estudio longitudinal de Google sobre lo que hace que los equipos sean exitosos descubrió que lo que importa no es tanto la experiencia técnica individual, sino cómo interactúan los miembros entre sí: seguridad psicológica, confiabilidad, estructura y claridad, significado e impacto.
Observé este fenómeno en una startup tecnológica que asesoré: su ventaja competitiva no provenía de su algoritmo (varios competidores tenían tecnologías similares), sino de la sinergia excepcional entre sus equipos multidisciplinarios.
Esta inteligencia social puede verse socavada por el uso excesivo de las pantallas, como lo muestra nuestro artículo sobre el impacto de los teléfonos inteligentes en las relaciones sociales de los adolescentes.
¿Cómo podemos preparar a nuestros adolescentes para este nuevo mundo profesional?
Frente a estos avances, ¿cómo podemos ayudar a nuestros niños y adolescentes a desarrollar las habilidades humanas que marcarán la diferencia el mañana?
Cultivando el equilibrio digital
El primer paso es establecer una relación equilibrada con la tecnología. Las herramientas digitales son esenciales, pero su uso excesivo puede, paradójicamente, socavar las habilidades humanas más valiosas.
El Dr. Michel Desmurget, neurocientífico y director de investigación del INSERM, advierte en su trabajo del impacto negativo de la sobreexposición a las pantallas en el desarrollo de las capacidades cognitivas y sociales de los jóvenes.
Apliqué esta filosofía a mis propios hijos: establecimos tiempo sin pantallas dedicado a conversaciones familiares, juegos de mesa que desarrollan la inteligencia emocional y actividades creativas no estructuradas. ¿El resultado? Adolescentes más cómodos en las interacciones sociales de la vida real y más creativos al abordar los problemas.
Fomentar experiencias diversas
Las habilidades humanas se desarrollan a través de experiencias variadas que amplían las perspectivas y nutren la creatividad.
Un estudio de la Universidad de California ha demostrado que las experiencias que nos sacan de nuestra zona de confort estimulan especialmente la creatividad y la flexibilidad cognitiva.
Observé este fenómeno en mi sobrina, quien, tras una estancia lingüística difícil pero enriquecedora, desarrolló una resiliencia y adaptabilidad que le fueron muy útiles más allá del aprendizaje del idioma. Estas cualidades son ahora sus principales activos profesionales.
Anima a tus hijos adolescentes a salir del mundo digital y a participar en diversas experiencias de la vida real: deportes de equipo, arte, voluntariado, viajes y mucho más. Estas actividades desarrollan las habilidades interpersonales que los empleadores buscarán en el futuro.
Valorar el fracaso como una experiencia de aprendizaje
En un mundo en constante cambio, la capacidad de recuperarse del fracaso se vuelve crucial. Sin embargo, nuestros sistemas educativos tradicionales y las redes sociales a menudo promueven una imagen de perfección inalcanzable.
La psicóloga de Stanford Carol Dweck, autora de “ Mindset ”, ha demostrado en sus investigaciones que los niños que son elogiados por su esfuerzo en lugar de por su inteligencia desarrollan una mayor perseverancia frente a los desafíos.
Apliqué este principio con mi hijo, quien abandonó el piano tras un recital decepcionante. En lugar de minimizar su fracaso, analizamos juntos qué salió mal y cómo mejorar. Hoy, afronta cada nuevo reto con esta misma metodología analítica, una habilidad valiosa para su futura vida profesional.
Este enfoque constructivo ante el fracaso es aún más importante en la era de las redes sociales, que pueden generar ansiedad y síndrome FOMO (Fear Of Missing Out) en los adolescentes, como explicamos en nuestro artículo sobre el síndrome FOMO en adolescentes.
Desarrollar el pensamiento interdisciplinario
Las innovaciones más disruptivas suelen surgir en la intersección de diferentes disciplinas. Esta capacidad de conectar campos aparentemente inconexos será sumamente valiosa.
Steve Jobs enfatizó la importancia de este enfoque: « La creatividad es simplemente conectar cosas », afirmó. Su éxito en Apple se debió precisamente a su capacidad para fusionar la tecnología y las humanidades.
Animo a mis hijos a explorar diversos campos en lugar de especializarse demasiado pronto. Mi hija combina la programación informática con la fotografía, una intersección que ya le proporciona una perspectiva única sobre ambas disciplinas.
Este enfoque interdisciplinario es particularmente importante en la era de la hiperespecialización algorítmica, donde las máquinas se destacan en áreas muy específicas pero tienen dificultades para establecer conexiones inesperadas entre diferentes campos de conocimiento.
Testimonio: Cómo Théo encontró su camino en un mundo automatizado
Théo, de 24 años, creció rodeado de pantallas. Apasionado por la informática, estaba convencido de que su futuro profesional residía en la programación pura. Pero a los 20, unas prácticas en una empresa tecnológica le hicieron darse cuenta de que las tareas de programación que realizaba probablemente se automatizarían en los próximos años.
" Tuve un momento de pánico ", dice. " Sentí que todo lo que había aprendido pronto quedaría obsoleto".
Esta constatación lo impulsó a reorientar su carrera, no abandonando la tecnología, sino desarrollando habilidades complementarias que la automatización no podía reemplazar fácilmente.
Me interesé por la ética de la IA y cómo la tecnología impacta las relaciones humanas. Tomé cursos de filosofía, psicología e incluso antropología, campos que habría considerado inútiles unos años antes.
Actualmente, Théo trabaja como consultor de humanización tecnológica para empresas que desarrollan soluciones de IA. Su función es garantizar que estas tecnologías respeten y enriquezcan la experiencia humana en lugar de degradarla.
" Lo que me hace valioso hoy no es mi capacidad de codificar (las IA están mejorando en eso), sino mi profunda comprensión de las necesidades humanas y mi capacidad de traducir esas necesidades en soluciones tecnológicas éticas y centradas en el ser humano".
Esta historia ilustra perfectamente hasta qué punto las habilidades humanas no sólo pueden coexistir con la automatización, sino que se vuelven aún más valiosas en este contexto.
Los empleos del mañana: hibridación entre tecnología y humanidad

¿Cómo serán realmente los empleos del mañana? Aunque nadie puede predecirlo con certeza, una tendencia está emergiendo claramente: la hibridación de la experiencia tecnológica y las habilidades humanas.
Profesiones emergentes
He aquí algunos ejemplos de profesiones que no existían hace diez años y que encarnan esta fusión:
- Ética de IA: Estos profesionales garantizan que los sistemas de inteligencia artificial se adhieran a los principios éticos y no perpetúen sesgos discriminatorios.
- Facilitador de inteligencia colectiva: Su función es optimizar la colaboración entre humanos y sistemas automatizados en las organizaciones.
- Diseñador de experiencias inmersivas: Crean entornos virtuales o aumentados que satisfacen las profundas necesidades psicológicas y emocionales de los usuarios.
- Coach de Bienestar Digital: Estos especialistas ayudan a las personas y organizaciones a mantener una relación equilibrada con la tecnología.
- Intérprete hombre-máquina: facilitan la comunicación entre expertos no técnicos y sistemas de IA complejos.
Lo sorprendente de estas nuevas profesiones es que todas exigen una doble competencia: comprensión de tecnologías avanzadas y un dominio excepcional de las dimensiones humanas (emociones, ética, creatividad, relaciones sociales).
El valor de las habilidades híbridas
Según el Informe sobre el Futuro del Empleo del Foro Económico Mundial, los perfiles más buscados en los próximos años serán aquellos que combinen habilidades técnicas y cualidades humanas.
Noté esta tendencia durante un reciente proceso de reclutamiento en una empresa de tecnología: el candidato seleccionado no era el que tenía las mejores habilidades técnicas, sino el que demostraba la mejor capacidad para traducir problemas humanos complejos en soluciones tecnológicas adecuadas.
Esta combinación de habilidades es especialmente importante para los adolescentes que se preparan para incorporarse al mercado laboral. Como explicamos en nuestro artículo sobre la edad ideal para regalar un primer teléfono: https://thephone.fr/blogs/ados-et-numerique/a-quel-age-offrir-un-premier-telephone-a-son-enfant-le-guide-qui-vous-evitera-bien-des-prises-de-tet e, es crucial apoyarlos para que hagan un uso equilibrado de la tecnología que desarrolle sus habilidades digitales sin debilitar sus capacidades humanas fundamentales.
Conclusión: Preparando a nuestros hijos para un futuro incierto pero prometedor
El futuro del trabajo no es apocalíptico (los robots no nos reemplazarán a todos) ni idílico (la automatización planteará desafíos considerables). La realidad reside en una zona más matizada donde las habilidades profundamente humanas —inteligencia emocional, creatividad, juicio ético, adaptabilidad y colaboración— se convertirán en nuestros activos más valiosos.
Para preparar a nuestros niños y adolescentes para este mundo cambiante, debemos:
- Cultivar su equilibrio digital: usar la tecnología como herramienta, no como un fin en sí misma
- Fomentar experiencias diversas: aumentar las oportunidades de aprendizaje fuera de las pantallas
- Valorar el fracaso como aprendizaje: desarrollar la resiliencia ante los desafíos
- Fomentar el pensamiento interdisciplinario: Anímelos a establecer conexiones entre diferentes campos.
Como lo expresa tan acertadamente el filósofo Yuval Noah Harari en su libro "21 lecciones para el siglo XXI": " En un mundo inundado de información, la claridad es poder". Yo añadiría: en un mundo automatizado, la humanidad es poder.
Nuestros hijos no necesitan temer a los robots. Necesitan abrazar plenamente lo que los hace humanos. Ahí reside su futuro profesional.

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